Una larga historia
Una familia con mucha tradición
En esta propiedad, que data del siglo XIV, se ha cultivado la viticultura de manera ininterrumpida desde muy antiguo. La crisis de la filoxera llevó a esta finca a un largo período de decadencia, pero en el 2001, Manel Avinyó, descendiente de la familia propietaria, inició un ambicioso proyecto para devolver a la propiedad su esplendor perdido. Con su masía del siglo XIV, rodeada de sus viñedos y de bosque, es un auténtico Château Mediterráneo.
La combinación perfecta
Dos generaciones trabajando juntas
Actualmente, Manel y Núria Avinyó lideran juntos el proyecto de Clos Lentiscus. Padre e hija forman un excelente tándem que combina a la perfección experiencia y juventud.
Unas raíces milenarias
El lentisco
El nombre de Clos Lentiscus viene del Lentisco milenario que se encuentra junto a la masía y que forma parte de la historia y de la identidad de la propiedad. El lentisco es un arbusto típico de la zona mediterránea y está muy presente en la zona.
Con vistas al Mediterráneo
Una ubicación privilegiada
Los viñedos y la bodega se encuentran en el municipio catalán de Sant Pere de Ribes, a la ladera del Montgrós, en un lugar tan privilegiado como es el Parque Natural del Garraf. Con vistas al Mar Mediterráneo, están situados sobre una gran masa calcárea rica en fósiles marinos que aportan un toque mineral a los vinos.
Menos es más
Mínima intervención
Los vinos y espumosos de Clos Lentiscus son fruto de la mínima intervención tanto en el momento de hacer crecer la uva como en el momento de elaborar los vinos. Durante todo el proceso no se han utilizado pesticidas ni herbicidas químicos ni se han añadido levaduras ni sulfitos. El resultado son vinos libres que expresan el sabor de la tierra donde han nacido.
Respeto por la tierra y el medio ambiente